lunes, 14 de octubre de 2013

Regreso al Mascún (1997-2013) y alguna Chincheta más.

 12 octubre 2013

En este día tan señalado para nuestros amigos Aragoneses, nos encontrábamos Jesús y yo mano a mano, disfrutando de su magnífica Sierra de Guara, casi en exclusiva para nosotros.

Justo una semana atrás, así íba la Presa de Bierge, pero no había vuelto a llover y se esperaba un tiempo magnífico, así que dónde mejor íbamos a estar.


Desde que hice el Mascún por error, en Agosto del 97 no había vuelto a aquel magnífico barranco.

Si me permitís, os contaré aquella historia de unos días fantásticos e inolvidables, en los que me adentré por primera vez en la Sierra de Guara.


Por aquellos días, ya conocía algo de los increibles barrancos del Pirineo, tales como el Miraval del que me enamoré tanto de él como de la belleza de su entorno y por lo que adopté su nombre como Nick para los antiguos foros de internet y que hoy en día mantengo.

También había descendido Consusa, Trásito, y Lapazosa, entre otros...así que cuando mis amigos propusieron una escapada, les llevé a conocerlos.

Aquí en la foto de izquierda a derecha..

Félix sobre el bote estanco, quién me inició en este fantástico mundo de la Espeleo y Barrancos. Detrás Jaime, Pastor a su lado, a quién muchos conoceis, Juan y yo.


Llegó nuestra última noche antes de regresar a casa, y decidimos pasarla en Rodellar. Allí preguntamos qué barranco nos aconsejaban, y nos dijeron que casi cualquiera menos el Mascún. Hacía tiempo que no llovía y las pozas estaban residuales y mal olientes.

Teníamos por aquellos días un par de libritos (tomo 1 y 2) con sus respectivos mapas y de donde finalmente elegiríamos descender el Otín, que al ir seco no nos haría más falta que metros de cuerda, por lo que no subimos neopreno alguno.

El día salió así de caluroso, y aunque no recuerdo a qué hora empezaríamos a andar, seguro que no despertamos a nadie, jejeje.
 

Recuerdo que durante la aproximación, habían pintadas con "Bar Otín",  y bromeábamos..."qué cachondos, con el calor que hace, qué bien nos vendrían unas cervecitas al llegar", dando por hecho que se refería todo el tiempo a la abreviatura de Barranco Otín.

Se nos cayeron todos los hierros al suelo, al ver allí el Bar, con gente almorzando y disfrutando de bebida fresquita, y nosostros sin un puñetero chavo en el bote estanco...¡¡Cagüen to lo que se menea!!...Resignados, nos fuimos a la fuente y allí empezaría realmente nuestra aventura.

Sacamos nuestra guía y nuestro mapa, pero nuestra suerte seguía tan acertada como hasta el momento, y habíamos pillado la guía 1 pero con el mapa de la 2. En conclusión, el Otín lo teníamos en la descripción, pero no en el mapa.

Nos adentramos en un cauce, pero al echar la cuerda ya vimos que no era la medida que debería. Decidimos continuar, hasta que de pronto dimos cuenta del error. 

Habíamos entrado en el Raisén e íbamos de cabeza al Mascún.

Realmente no pasaba "nada", metros de cuerda llevábamos de sobra, aunque la falta de neopreno nos íba a pasar factura.

Evitábamos todas las pozas como podíamos, hasta que llegamos a una que detuvo nuestro avance.


Félix intentó ver si había posibilidad de salvarla de alguna manera, pero al poco regresó de su trepada para indicarnos que no había nada que hacer, que lo que se veía más adelante era igual o peor.

Resignados, nos adentramos en sus frías y estancadas aguas.


Empezamos a andar a ritmo, y de pronto llegamos a los Oscuros...jajajaja...Ay, cuando Jaime  empezó "Mierda...Tíos, tíos que esto se encañona", jajaja...se me quedó gravado en la memoria.... 

Sin una miserable luz de la esperanza de que no fuera lo que temía Jaime, empezamos a atravesarlos.


Terminamos el Mascún, sin sangre prácticamente en las venas... y al pasar a la altura del Otín, los franceses nos miraban perplejos viendo como prácticamente saltábamos sobre sus cabezas. ¿de dónde cojones vendrán éstos?.

Y es que no podíamos ir más deprisa, teníamos que entrar en calor lo más rápidamente posible, y las ganas por regresar, hacía que voláramos sobre las piedras literalmente.


Felices y contentos al sol y tras saber que ya estábamos fuera...


Han pasado 16 años desde entonces (hasta para mi bañador), pero recuerdo con mucho cariño esos días, y en especial esta aventura, la siento muy viva a pesar del largo tiempo trascurrido...

Así pues, y después de ésto, cuando Jesús me dijo que eligiera barranco para este fin de semana, le propuse el Mascún, quería volver a él y conocer la parte anterior al Raisén que no conocía.

Empezábamos a andar a 3 graditos a las 8 am, y cada paso que daba me trasladaba adelante y a atrás en el tiempo, quedándome perpleja de aquello que olvidé y volvía a recordar, y de aquello que recordaba, por mínimo detalle que fuera.

El famoso Delfín, sigue viendo como nos pasa el tiempo, mientras él parece inalterable...


Qué bien nos hubieran venido estos cartelitos en aquellos años.


 El Pirineo y sus cumbres todavía sin nieve, nos dan los buenos días.


 2 Robles enormes y preciosos, también despiertan en la fría mañana.

Llegamos al pueblo nuevo de Otín.


Los prados están totalmente escarchados, algo que ya nos hace adivinar la calidez del agua del Mascún...¡¡¡grjfñskjfñsjfña!!!

 Y de pronto veo una de aquellas antiguas pintadas, que tantas risas y luego tantos lamentos nos ocupó aquel día. "Bar Otín"


No puedo evitar que me embargue la tristeza, al contemplar la desaparición de la vida en aquel lugar.

La fuente que nos consoló y refrescó en su día, hoy no brotaba el agua.


Acortamos por unas sendas para llegar al Saltador de las Lañas.


Y el Mascún aparece imponente ante nosotros.


Va flojo, pero frío como agua de deshielo.

Miramos el salto y decidimos que mejor no realizarlos. Terminaditos de almorzar, aún no nos habíamos mojado, nuestra temperatura corporal es alta y el agua está a punto de congelación.


Asi que para evitar ese más que seguro shock a nuestro cuerpo y a nuestra cabeza, decidimos rapelar y esquivar este trocito tan bello.

En seguidita nos remojamos por primera vez....

 Mi careto ya os dice como estaba el agua, y eso que llevaba la chaquetilla de 1.5mm debajo.

El sol empezó a adentrarse y a hacer brillar de verde esmeralda las badinas limpias y cristralinas del Mascún.


En las instalaciones se veía claramente el paso de la crecida, e íbamos limpiándolas para poder pasarles la cuerda. Parece ser que nadie había entrado desde entonces.

 Qué maravilla...., qué paz y que bien me sentía entre sus paredes.



A pesar de la baja temperatura del agua, no podía sentirme más relajada y anodada de la belleza de ese rincón. Era como sentirse solos en el mundo.

Al poco de echar nuevamente a andar, Jesús encontró juntos una chapa con anilla, un parabolt roto y una llave inglesa muy vieja. ¿? de dónde habrá venido...?..pues a saber...pero ahora irá....A LA SETA...

Seguimos progresando y llegamos al Raisén, cuya salida no me trajo ningún recuerdo en especial, salvo la imaginación de vernos pisar esas piedras tantos años atrás.


 No así, cuando llegamos a este punto, donde permanece impasible la misma piedra, y me abducieron los recuerdos.


Aquí Félix ('97) invitándonos a entrar a la poza...No había otra...


 Ahora si, entramos a los Oscuros.



Uy, mira...un Ocho....A LA SETA también!!!



Como no había caudal importante, me tomé el lujo de adentrarme por el Sifón al Pozo Negro.


Pero qué preciosidad...!!!



 Anda...Otro Ocho...A LA SETA que va... cómo no?...jajajaja.



Me siento tan feliz de estar allí y de ser barranquista...nunca en mi vida me faltarán rincones tan bellos como éstos.




Anda....Un trozo cuerda...a ver tira......Osti..si tendrá entre 20 y 30 m...A LA SEEEEEEETAAAAAA....!!!

"Ya vale Navarro de echarme chatarra a la Seta, que me echo yo a la tuya", jejeje...

Y todo ésto que nos llevamos como Souvenirs del Mascún, ¿qué os parece?


Visitar al Gran Señor Mascún, después de tanto tiempo, ha sido algo realmente bonito y entrañable, y más en un día tan tranquilo, expléndido y de la mano de mi buen amigo Jesús. Gracias por acompañarme en un día tan especial.


13 de octubre 2013: Cueva Cabrito y Gorgonchón.

 Hoy tocaban 2 chinchetas, pues no tenía el gusto todavía de conocerlos.


Atención!!!:..llevad cuidado con los Cabritillos, que los "espabilaos" se escapan a la que te descuidas, jejejeje.


Un día nuevamente expléndido, que hizo que el peto de neopreno nos llevara buen tiempo asfixiados, pero es muy recomendable, en especial por los roces del conglomerado y por las posibles pozas residuales.


Muy muy estrecho en algunos pasos, la mayoría, pero realmente divertido y entretenido.
 


Venga Jesús, te corto algo?? , jejeje...





Las formaciones son realmente espectaculares, en especial en las zonas donde prácticamente no entra la luz.




De ese agujerito se sale del primer tramo..., justo el que está detrás de Jesús.


 


El final del segundo tramo es realmente impresionante, el que da paso a La Cueva que da nombre al barranco.


Casi se llega a la completa oscuridad.

  
Para llegar a la ventana de luz que entra a la Cueva Cabrito, desde el río Balcés.

Y en poco más de 1 hora desde que entramos, dimos con el Balcés, dando pues por finalizado el Cueva Cabrito, original y bello barranco que pone a prueba tu capacidad contorsionista sin lugar a dudas.


Así bajaba el río de flojete también, lo normal en esta época, final de verano y antes de las lluvias del otoño.


Ahora quedaba toda la remontada a pleno sol.

Los tramos de bosque se agradecen enormemente. Y más cuando son de Madroños y están los frutos maduros y diciéndote..."Cómemeeeeee"


 Buah, qué barbaridad, nunca había visto ni tantos ni tan grandes ni tan llenos de frutos.


Vistas hacia el Barranco de Cautiecho


 Cuando terminamos, y tras echar un tiente, nos dirigimos al Gorgonchón.


Ay el Gorgonchón, menuda béstia hay ahí escondida....tan gran nombre para una pequeña grieta...pero qué Grieta señores!!!

El río venía flojito...
pero claro, TODO se mete en esa raja, la misma por la que íbamos a entrar nosotros.
Solo tiene 2 rápeles en sus 150 m de barranco, pero el segundo rápel tiene historia, puesto que ya han muerto 4 personas en él.

Esa cascada que evita el pasamanos, tiene oculto un agujero que si te pilla te traga a sus adentros sin posibilidad de escape.

La piedra está algo más que pulida y es muy, pero que muy resbaladiza...no sabeis lo que eché de menos mis Canyoneer en ese punto.


Mira que terminábamos de practicar bien el paso por los estrechos en el Cueva Cabrito, pero nada más salir del segundo rápel, ya en el pasillo, quedé totalmente encajada y notando la presión del agua sobre mi cuerpo. 

Uff, dios mío qué tensión más mala, y eso que las aguas eran tranquilas y no había peligro real, pero solo de pensar en lo que podría ser, me dejó sin color de cara.


Jesús se partía, hacía tiempo que no me veía ni yo misma, sufrir tanto en 10 metros de barranco...Joder, con el Gorgonchón.


El resto de los metros que restaban, ya venían con premio por el sufrimiento pasado...Unas formaciones preciosas, totalmente cavernarias, como esta columna.

Ya solo quedaba el paso del Sifón, limpiado de troncos y ramas, momentos antes por unos chavales que habían entrado, a lo visto también los primeros después de las fuertes lluvias de la semana anterior.


Un fin de semana fantástico como antaño y es que hay cosas que nunca debemos dejar que cambien.





2 comentarios:

  1. A la setaaaaaaa, jajaja ;-) Buen reportaje guapa¡¡ Un placer verte-veros, aunque sea por aquí.

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  2. Si, siii....que estamos en temporada, jejejeje....Muchas gracias Sergi, a ver si no tardamos en reencontrarnos en los barrancos...Un besazo

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