En este día tan señalado para nuestros amigos Aragoneses, nos encontrábamos Jesús y yo mano a mano, disfrutando de su magnífica Sierra de Guara, casi en exclusiva para nosotros.
Justo una semana atrás, así íba la Presa de Bierge, pero no había vuelto a llover y se esperaba un tiempo magnífico, así que dónde mejor íbamos a estar.
Desde que hice el Mascún por error, en Agosto del 97 no había vuelto a aquel magnífico barranco.
Si me permitís, os contaré aquella historia de unos días fantásticos e inolvidables, en los que me adentré por primera vez en la Sierra de Guara.